¿Cómo sería si Jorge González hubiera aparecido recién hoy? De seguro sonaría como André Ubilla. Ojo, no confundir, lo que hace Ubilla es propio y autentico, pero trae una carga social-cultural visionaria tan profunda, estéticamente atemporal, perfectamente resumible de estos tiempos y de todos los tiempos, con nostalgia, pasión y un acercamiento bacán a la cotidianidad de la ciudad. En medio de poéticas, ritmos variados, guiños al New Wave criollo más ochentero, al folk tribal más incendiario, Derecho a progresar resalta como un latido personalizado de su mejor versión. Cada canción es un hit, un himno, una oportunidad para abalanzarnos por el mundo con personalidad y visión. Este debut es sin duda el mejor debut nacional del año, y una nueva oportunidad de recuperar el sentido de las cosas. Escuchar temas como Santiago, Otra Mañana Más, Raíz, Mentira o Derecho a progresar, en la micro, la 109, de camino a la pega, pasando por la Plaza de Renca, viendo la vida más cálida y sufrida reflejada en casas derrumbadas, delincuencia pero también en autogestión o fraternidad vecinal, es un orgullo tremendo.